Después de que el hijo del clérigo Paul Edima (Richard Mofe-Damijo) es culpado por un secuestro que no ha cometido, es asesinado por los verdaderos culpables, entre los que se encuentran varios policías corruptos. Su padre, entonces, decide tomar represalias y limpiar el nombre de su hijo. Con valentía, se enfrenta a la mafia de la droga nigeriana, apoyado por las madres y hermanas de otras víctimas, hartas de la violencia y los asesinatos que las rodean.