No voy a pedirle a nadie que me crea es una película de Netflix basada en la novela homónima de Juan Pablo Villalobos. La historia arranca con un joven que desde bien pequeño apuntaba maneras de estafador, y que ahora mete al protagonista -un mexicano que viaja a Barcelona acompañado junto a su pareja para estudiar literatura- en un lío monumental: un "negocio de alto nivel", que convierte su visita a la ciudad condal en una especie de novela negra de humor también negro, una de esas de las que a él le gustaría ser autor.