Emilio (José Eduardo) vive en una pequeña población en la zona montañosa de Chihuahua, en México. Al ser huérfano, el pequeño Emilio es adoptado por Teo (Jorge Galván), que trabaja como cartero. Emilio ayuda a Teo en sus labores diarias de repartición del correo, y conocen a todos los habitantes del lugar. Muchos de ellos no saben ni leer ni escribir, por lo que Teo les ayuda a redactar los mensajes y a leerles las respuestas. Pronto el joven Emilio, que es muy espabilado, aprenderá todo lo necesario para servirle a Teo de apoyo y ambos se convertirán en la voz y el corazón de la aldea. Sin embargo, un accidente dejará a Teo incapacitado, y tendrá que ser Emilio quien asuma su función. A partir de ese momento, las gentes de la zona no volverán a recibir cartas amargas: el niño las cambiará por mensajes de esperanza que transformarán a los habitantes y los convertirán en personas más felices. Las historias de sus familiares emigrados a los Estados Unidos, ya no se verán siempre marcadas por la tragedia: ahora, esas personas, por obra y gracia de Emilio, alcanzarán el éxito profesional y ya jamás se veran afectados por el dolor y el sufrimiento.