Marcel (André Wilms) es un escritor bohemio retirado que vive exiliado en La Haya, trabajando como limpiabotas, un empleo que cree se encuentra en aras de extinguirse y que le proporciona más bien pocas alegrías. Su situación económica no es buena, debe dinero y pide constantemente préstamos. Sin embargo, cada noche llega a casa tras tomar unas copas y su mujer, Arletty (Kati Outinen), le ha preparado la cena. Cuando Arletty cae gravemente enferma y deba ser ingresa en el hospital, la vida de Marcel, entonces, quedará totalmente trastocada. A esta situación de inestabilidad se suma la acogida por parte de Marcel de un joven africano, a quien encuentra en la calle, desnutrido, sin nada, siendo perseguido por ser ilegal en el país y buscando la manera de poder marchar a Londres a reunirse con su familia. Marcel le acogerá en su casa aunque tendrá que lidiar con la presencia de un detective (Jean-Pierre Darroussin), quien está detrás del niño mientras espera saber qué sucederá finalmente con su esposa enferma.