Viago (Taika Waititi), Deacon (Jonathan Brugh), y Vladislav (Jemaine Clement) son tres vampiros que conviven juntos en un piso de Wellington (Nueva Zelanda), que están intentando adaptarse a la sociedad moderna en la que viven. Pagar el alquiler, hacer las tareas de la casa y asistir a clubs nocturnos son la clase de cosas que deben hacer para adaptarse, pero también deberán aprender a vestirse a la moda, a entender la tecnología y usar internet. Pero siempre teniendo en cuenta lo que son -vampiros, y por tanto, seres inmortales-, y lo que hacen, -beber sangre humana-.
Todo cambia cuando Stu, un amigo humano de Petyr (Ben Fransham), un amigo del trío vampírico, ve amenazada su vida. Así, los vampiros neozelandeses se darán cuenta de que a pesar de las evidentes diferencias, los humanos son una raza por la que merece la pena luchar.